AION (Megapost)(MMOrpg)

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  • Cree en los ángeles, cree en los demonios, cree en Aion

    Descubre un mundo etéreo donde los elementos espirituales de la tierra, viento, fuego y agua han quedado expuestos a un mundo dividido entre el bien y el mal.

    Toma el control de poderes sobrenaturales para influir en las relaciones que hay entre ángeles divinos, oscuros demonios y poderosos dragones. Con tus manos moldearás el futuro de Aion.

    **.**Participa en luchas PvPvE dentro de un sistema de conflictos en evolución para controlar las complejas relaciones entre reinos, razas, clanes, naciones y grupos enfrentados.

    **.**Explora un espectacular mundo en 3D donde podrás escalar empinados acantilados y volar entre nubes.

    **.**Creado con el motor de última generación Crytek(r), en Aion disfrutarás de experiencias interactivas y cinematográficas como nunca antes.

    **.**Sumérgete en una intricada historia que evolucionará con cada paso que des.

    **.**Y todo ello acompañado de la genial banda sonora del mejor músico de New Age coreano, Yang Bang Ean.

    Descubre el sorprendente mundo de Aion

    Explora el entorno de uno de los juegos multijugador masivos más fantástico y detallado de la historia, mientras luchas por salvar un increíble mundo sumido en una brutal guerra celestial.

    Elige entre dos facciones divinas, los Asmodian o los Elyos, y salva a tu gente de un demonio ancestral que amenaza con destruirlo todo.

    Sube a las alturas y lucha en los cielos de Aion

    En Aion, volar no es sólo un sistema de transporte, es una parte fundamental del juego.

    El vuelo dinamiza todos los aspectos del género, como el combate, las misiones, la exploración y las cacerías.

    Participa en combates sangrientos

    Disfruta de un espectacular sistema de combate lleno de combos, habilidades en cadena, contraataques y espectaculares luchas aéreas.

    Únete a un grupo de amigos o vuela por tu cuenta al Abismo, donde los ataques vendrán de cualquier dirección.

    Personaliza tu personaje hasta el más mínimo detalle

    Personaliza totalmente tu personaje gracias a una herramienta de creación increíblemente detallada y a unos avanzados sistemas de fabricación de objetos.

    Aumenta al máximo el nivel de individualidad de tu personaje con el nuevo sistema Stigma.

    Las piedras Stigma permiten a los personajes usar y combinar habilidades que normalmente no puede usar esa clase de personaje.

    Lucha en un nuevo tipo de batalla

    Lucha por el control de territorios y artefactos dentro del Abismo, un feroz campo de batalla situado entre la mitad superior e inferior de Atreia.

    Planea y ejecuta asaltos contra facciones rivales, consigue rangos y recompensas especiales al lograr la victoria.

    Aunque debes estar preparado para reaccionar ante los ataques inesperados de los Balaur, una raza ancestral que ha sido liberada de su prisión en el Abismo.

    **][ HISTORIA ][[/b]

    Lee la historia de este pacífico planeta y encontrarás un relato manchado por la tragedia y la muerte. Hace cientos años atrás, los Asmodians de la parte superior de Atreia y los Elyos de la parte inferior eran uno solo. No había división ni diferencia entre ellos, de hecho se abrazaban como hermanos. Actualmente el odio llena sus corazones, y en vez de abrazos usan las espadas en sus encuentros.

    Los acontecimientos que provocaron esta división han sido transcritos a continuación por cada una de las partes, y aunque hay verdades en ambas historias, es evidente que en ambos relatos hay rasgos que no son ciertos nublados por el odio. Estas ideas erróneas pronto se convirtieron en folclore popular, y del folclore pasaron a ser historia, cada lado busca un culpable del cataclismo que arrasó en pedazos su mundo.

    Lee la verdad de cada una de las partes antes de emitir tu sentencia.

    Introducción al libro de los Elyos

    Vinieron hace un año, esos amigos, esos malditos Asmodians. Aparecieron de la nada, saltando a través de uno de nuestros portales justo después de que se marcharan nuestros legionarios. Cobardes. Nos masacraron como si fuéramos madera, y aunque los más valientes trataron de resistir su ataque, ¿Qué esperanza había contra estos seres inmortales? Yo huí, no me avergüenzo de decirlo, yo huí mientras mis amigos, mis vecinos y mi familia eran asesinados.

    Alguien tiene que recordar actos como estos, ya que es a través de estas acciones cuando un ser racional puede ver que somos un pueblo honorable y ver quienes son los malos. Así que corrí y me escondí, y cuando volví ayudé a enterrar a los muertos. "¿Por qué?" Pregunté. "¿Por qué alguien haría algo como esto?". Entonces me di cuenta de lo poco que sabía sobre la historia de nuestro planeta. Poco después empecé a investigar sobre lo que ocurrió hace años, cuando comenzó la guerra contra aquellos que considerábamos nuestros hermanos, los Asmodians. Dentro de estas páginas encontrarás todo lo que he descubierto sobre Atreia, de los que vivieron y de los que vivimos en estas tierras sagradas.

    ¿Nosotros somos arrogantes? .Puede que si. He visto tanta arrogancia entre Elyos como calidez y generosidad. A los Asmodians los he visto con mis propios ojos, me han hecho probar mi propia sangre. Esas criaturas, convertidas en viles monstruos... ¿Han sido maldecidas por Aion? .Es posible que nosotros los Elyos, bellos como somos, ¿Estemos bendecidos? .Somos el reflejo del medioambiente en el cual hemos sobrevivido y vivido. ¿O son ellos un reflejo nuestro? .Por mi vida que no lo se.

    Mi nombre es Rafaela, y aquí debajo he detallado mi investigación. Solo deseo que encuentres útiles mis notas y que sirvan de ayuda para liberar este hermoso y roto mundo de los demonios que lo infestan.

    Capítulo 1: Creación

    Hace incontables milenios, nuestro dios, Aion, creó Atreia. Nuestro mundo era hermoso, un planeta lleno de vida y color con la poderosa Torre de la Eternidad que abarcaba el núcleo de nuestro mundo. Durante esa época Asmodians y Elyos éramos todos iguales, simplemente llamados humanos. Nuestro mundo estaba aislado y nuestros hogares estaban iluminados por la suavidad y gentileza de la torre. Ella nos nutría, nos daba esperanza y era nuestro soporte. A su vez nosotros éramos subordinados de nuestro dios, Todo esto no son solo historias y cuentos que han pasado de generación en generación si no que lo confirman inscripciones y artefactos que nuestro arqueólogos han encontrado.

    El por qué Aion creó este mundo es un misterio. Sin embargo, en retrospectiva podemos ver que nuestro Dios tenía un reto monumental guardado en el almacén para nosotros, una monstruosidad fue convocada para poner a prueba nuestra voluntad y la fuerza de nuestras convicciones.

    Capítulo 2: La Edad de los Balaur

    Fueron llamados draken, a nuestros ojos eran unas bestias terribles. Una de nuestras más antiguas fábulas menciona a estas monstruosidades, por las noches asustamos a los niños que se portan mal con la furiosa ira y la sed de sangre de estos engendros.

    Rápidamente aprendimos a escondernos de ellos, usando enclaves naturales para mantener sus ojos alejados de nosotros. Aun así hemos perdido miles de los nuestros, mientras que otras criaturas han sido eliminadas en virtud de sus implacables ataques.

    Otras, como los Mau, y los Krall, fueron esclavizados por los draken; solo se les mantiene vivos para que su fuerza bruta pueda se usada en contra de nuestros enemigos.

    Los draken, fueron enviados por Aion para que se cumplieran las reglas en Atreia, a la vez que aumentaban en número, mayor era su confianza. Sin embargo, su codicia por el poder fue creciendo, poco a poco fueron olvidando su verdadera misión, y también a su Dios. Nuestras historias relatan un día en particular, cuando algo cambió en los draken. De repente eran más organizados, y algunos de ellos dominaban al resto. Más tarde supimos que estos draken eran llamados 'awakening', y fue durante esa época cuando sus nuevos amos, los cinco Señores Dragón, renombraron a sus descendientes con el nombre que actualmente los conocemos, los Balaur.

    Cuando nuestros ancestros vieron por primera vez a los Balaur, pensaron que eran una nueva especie, ya que su apariencia física y sus habilidades eran muy diferentes. Solamente después de sus primeros ataques reconocieron la brutalidad de sus asaltantes, y su incesante deseo de extinguir la vida, la verdad apareció ante nuestros ancestros: Estas criaturas, que aparentemente habían recibido la bendición de Aion, eran los mismos engendros de antes que brutalmente aniquilaban raza tras raza en el mundo de Atreia.

    Los Balaur habían olvidado completamente su misión, arrogantes y codiciosos demandaron más poder a Aion del que podía proporcionarles. Aion se lo negó, amenazado por las posibles consecuencias de que poseyeran un poder destructivo tan terrorífico, semejante al que nuestro benevolente creador. Sus poderes fueron reprimidos por Aion, los Balaur renegaron de su Dios. Y siguieron adelante con sus temas bélicos y poniendo en peligro la misma Torre de la Eternidad.

    Capítulo 3: La guerra milenaria

    Nuestros ancestros fueron valientes, se mantuvieron unidos en defensa de la Torre y del Dios que amaban. Sin embargo, los Balaur, con su gran fuerza bruta, varias veces atravesaron nuestras filas, y sacrificaron a miles de los nuestros. En un movimiento desesperado, Aion creó los 12 Señores Empíreos, 12 poderosos guardianes con la tarea de reinar sobre los Balaur y restaurar la paz en Atreia. Aion también creó el Aether, una sustancia que los Señores Empíreos pudieran manipular para protegerse ellos y sus seguidores de los Balaur. Esta sustancia se utilizó para crear un escudo protector sobre la torre de Aion, tan grande que permitió a nuestros antepasados descansar dentro de sus fronteras y lentamente, día a día, restaurar algo de civilización.

    Así empezó la guerra milenaria, un conflicto que sufrieron las tierras y las criaturas que no estaban bajo la protección de nuestro escudo de Aetheric, a todo aquel que ofrecía una mínima resistencia los Balaur pagaban con ellos toda su frustración haciéndoles sufrir y gritar de agonía. Las inscripciones que poseemos actualmente muestran a nuestra gente prosperar durante el período en que los Señores Empíreos luchaban valientemente contra los Balaur, a veces llevando con ellos humanos que eran capaces de utilizar el Aether de una forma similar a los Señores Empíreos. A estos individuos se les llamó Daeva, y con el paso del tiempo aumentaron su poder llegando a superar el nuestro. Virtualmente eran semidioses, y pronto se convirtieron en piezas fundamentales para nuestro futuro. De hecho, su capacidad para volar ha llevado a muchos de nosotros a creer que son ángeles enviados por Aion para poner orden y estabilidad en nuestro mundo.

    La guerra asoló durante años, durante este tiempo ambos bandos tomaban ocasionalmente el control, parece que esta guerra estaba perfectamente equilibrada. Si una de las partes eventualmente cantaba victoria, las pérdidas que había tenido en su propia gente eran casi insoportables.

    Por el miedo de continuar con esta agobiante y desmoralizadora guerra, algunos de nuestros Señores Empíreos comenzaron a buscar otras maneras de poner fin a esta lucha.

    Capítulo 4: Esperanza

    De todos los Señores Empíreos, el que más habló a nuestro pueblo fue una hermosa figura llamada Ariel. En una de sus primeras noches en Atreia, Ariel bajó de la Torre de Aion y habló con nosotros alrededor de nuestra fogata. En todo momento, ella fue paciente y cuidadosa, y nos contó todo lo que necesitábamos saber. Los Balaur, aterradores y poderosos como eran, no se atrevían a cruzar el escudo Aetheric. Por primera vez en muchos, muchos años, estábamos seguros. Todavía tenemos la talla de piedra que representa esa noche, mostrando esa figura femenina, con los brazos abiertos, observándonos con lágrimas de alegría cómo celebrábamos nuestra primera vez a salvo en muchos, muchos años.

    Os voy a hablar sobre Ariel, porque ella fue la primera en reconocer la sabiduría del Señor Israphel, que hizo una inesperada propuesta paz viendo que era la única solución posible al conflicto. Fue ella quien tuvo la visión de saber que la victoria, en caso de que fuera posible, seguramente nos dejaría muy mermados y fue suficientemente valiente para hacer frente al resto de Señores Empíreos, y condenar tanto su sed de sangre como la gloria que buscaban en las batallas.

    Ella se hizo eco del punto de vista de Israphel: que si llevamos atrapados cientos de años en esta guerra, ¿qué garantía tenemos de que esta atroz guerra no vuelva en dos o tres, o en mil años? .Ariel observó, que tal y como Israphel había dicho, de continuar con esta exhausta guerra, correríamos el riesgo de perder más que meras cifras. Perderíamos algo que nos haría peor que los Balaur y el resto de feroces bestias que viven en este mundo: nuestra humanidad. Era bien sabido por todos que Israphel odiaba a los Balaur más que a nada. Si él pudo superar su odio en nombre de la paz, entonces todo el mundo puede hacerlo, de hecho debe de servir de ejemplo.

    No tenemos registros de qué es exactamente lo que se dijeron entre los Señores Empíreos, pero a partir del anuncio de Israphel, sabemos que había algo de controversia entre Ariel y algunos de los Señores más belicosos. Estaba claro que la decisión de paz tendría oposición, y por primera vez, aparecieron fisuras en nuestro frente unido.

    Pero incluso los belicistas y los buscadores de gloria, despotricando y con lo poderosos q eran, no podían negar la autoridad de Israphel y Siel actuando como guardianes de la Torre. Lady Ariel y los cuatro Señores bendecidos eran quienes argumentaron a su favor durante horas, pero solamente fue el acuerdo de la Señora Siel el que selló la cuestión de una vez por todas. Los guardianes hablaron: habría paz.

    Nuestros antepasados se regocijaron. ¿Y quién no?, el Señor Asphel estaba lleno de ira y sus seguidores estaban llenos de furia. Ellos sacaron sus alas y tomaron su camino en la fría noche, nadie dudaba de que volverían pronto, una vez que se les hubiera enfriado el temperamento. El camino estaba claramente establecido, y nadie tenía agallas a rebelarse.

    Los fieles de Aiel, cantaron para alabar y dar las gracias a Aion, y por primera vez en muchos, muchos siglos, tuvimos esperanza.

    Capítulo 5: La época del cataclismo

    Amaneció... era el día de la conferencia de paz. Nuestros ancestros se despertaron y fueron en busca de los cinco Señores Dragones, líderes de los Balaur, se aventuraron solos, fuera de la protección del escudo Aetheric. Las descripciones que tenemos de ese día nos muestran a criaturas físicamente enormes, mucho más que el resto de los Balaur.

    Siel e Israphel, los dos Señores Empíreos encargados de la protección de la Torre, disminuyeron la potencia del escudo Aetheric, e invitaron a los Señores Dragones dentro de la torre para negociar con ellos. En ese momento estas criaturas tuvieron la oportunidad de destruirnos por completo, pero decidieron no hacerlo, en vez de destruirnos caminaron pacíficamente por nuestros asentamientos y por nuestra Torre. Quizás ganamos su respeto a través de nuestra determinación, y quizás esta confianza que nosotros y Ariel pusimos en ellos no estaba fuera de lugar. Asphel estaba presente, y con él también estaban sus compinches, con sus oscuras caras. La conferencia de paz comenzó, al principio las negociaciones progresaron bien.

    Pero después, todo sucedió en un momento.

    Todavía hablamos de los eventos que sucedieron ese día, de repente se escucharon gritos de pánico, todos supimos de que se trataba: los beligerantes tendrían su guerra, aunque tuvieran que sacrificar todo Atreia para conseguirlo. De repente vimos a Asphel moverse rápidamente y colapsó al Señor Dragón Vitra. Los Balaur no malgastaron el tiempo con palabras. En un instante, el caos se adueñó de la situación y hubo una gran matanza.

    Con su odio duplicado, se abrieron camino a través de nosotros y se adentraron dentro de la propia sustancia de Aion. Las paredes de la Torre se agrietaron, y empezaron a fragmentarse.

    Ariel lloraba mientras intentaba mantener la Torre de Eternidad intacta. Se desplazó a la base Sur de la Torre para darle energía, acompañada de todos los Señores que la apoyaban, ella era lo único que se interponía entre Atreia y la destrucción. Asphel y su grupo, fueron al norte con el mismo propósito, sin duda dejaron a un lado la repentina reanudación de las hostilidades y fueron a hacer su deber, mantener la Torre intacta.

    A pesar de la lucha de Aiel, los Señores fallaron. La Torre gimió, y fue destruida de principio a fin. Aion cayó.

    Se me hace difícil contar el miedo que pasaron nuestros antepasados cuando la gran Torre que se alzaba en el interior de Atreia se hizo añicos rápidamente. Miles, corriendo para poder salvar sus vidas, dejando un pandemonio en su estela.

    Al darse cuenta de que Atreia se estaba muriendo, Siel e Israphel sacrificaron sus vidas. Cada uno de ellos donó su cuerpo de Aether, su sangre, y en los últimos momentos los utilizaron para salvar a nuestro pueblo.

    Millones murieron en los que ahora conocemos como la época del cataclismo. Por último, igual que escombros, observamos que le había ocurrido a nuestro hermoso mundo: Aion, la Torre de la Eternidad, se hizo pedazos, y nuestro mundo se rasgó en dos.

    Capítulo 6: Liberación

    Soy un Elyos, somos gente que vivimos en la mitad Sur de Atreia, a nuestro nuevo mundo le hemos llamado Elysea. Al principio nuestros ojos fueron deslumbrados por nuestra estrella, ya que la calma que emitía nuestra Torre de la Eternidad se había disipado. Pero pronto nos adaptamos, así que en poco tiempo estuvimos celebrando el vivir en este nuevo mundo. Mirando hacia el cielo podemos ver los restos oscurecidos de la parte Norte de Atreia, girando lentamente como si se aferrara desesperadamente a nuestro glorioso Santuario.

    La luz de nuestra nueva estrella era magnífica, y pronto convirtió nuestros pobres campos en frondosos pastos, de la misma forma fuimos convertidos en seres de una gran belleza. Nuestra piel brilló con fuerza, nuestros corazones se hicieron más fuertes y seguros. Aion, con una rápida decisión, hizo que ocurriera de esta forma. Nosotros los Elyos: los elegidos por Aion, hemos sido enviados deliberadamente por nuestro Dios al ¡Paraíso! Un mundo al cual los Balaur no pueden llegar - Ariel nos contó que Siel e Israphel les desterraron a un vacío desconocido, justo antes de que esos nobles Daeva sacrificaran sus vidas durante la Época de Cataclismo.

    Los cinco Señores Empíreos que fueron enviados por Siel e Israphel nos acogieron bajo su protección, y se llamaron a sí mismos como los Señores Seraphim. Los Señores Seraphim nos contaron como lucharon nuestros ancestros, y como los otros cinco Señores Empíreos provocaron e insultaron a los Balaur, conduciéndolos hacia nuevos conflictos. Nuestro mundo, que una vez fue tan estable y armonioso, ha sido dividido en dos, y la culpa de todo esto la tienen las acciones de los cuatro Señores Empíreos y su maldito líder, Asphel.

    El primer paso fue reconstruir nuestras vidas, y con ellas nuestra nueva ciudad, una gloriosa creación realizada para nuestro nuevo mundo y para nuestros Señores, a la que llamamos Sanctum. Juramos proteger nuestro nuevo hogar, y los más fuertes Daeva fueron nombrados guardianes por los Señores Seraphim.

    Setecientos cincuenta años pasaron de esta manera en Atreia. La mayor parte del tiempo estuvimos en paz, y prosperamos lo mejor posible. Sin embargo, las cosas iban a cambiar de nuevo, en cuanto nuestro planeta empezara a sanarse él mismo.

    Capítulo 7: El abismo y la Legión Storm

    Después del cataclismo, lo único que quedó de nuestra Torre fueron dos tocones como recordatorio, uno en nuestro mundo, y el otro aun visible en la parte superior de Atreia. La mayor parte de la Torre fue destruida, los restos están esparcidos entre los dos mundos.

    Un buen día, la tierra alrededor de estos restos se empezó a elevar, y lentamente los fragmentos levitaron hacia el aire por sí mismos. Enviamos a nuestros guardianes más bravos para que investigaran el fenómeno, y descubrieron portales que conducen a trozos flotantes de la Torre de Aion, en un extraño reino donde el Aether fluye como el agua.

    A este mundo lo llamamos el abismo, y poco a poco nuestros Daeva se aventuraron en él, explorando este entorno nuevo y volátil. Encontraron un mundo rico en Aether del que Aion había dado a los Señores Empíreos, y el cual los Daeva manipularon cuando estábamos en guerra con los Balaur. Perdimos a muchos Daeva, muchos de los portales eran inestables, y los tuvimos que cerrar, exiliando a cualquiera que lo hubiera atravesado.

    Un buen día abrimos otro portal, más grande y estable que otros. Nuestro guardián Deltras lo atravesó, y en el otro lado, encontramos algo asombroso. Su legión, la Legión Storm, estaban en la mitad superior de Atreia, y cuando miraron a través del cielo, no vieron los tristes restos de la Torre de Aion y la parte superior de Atreia, si no que lo que vieron fue su propio mundo de Elysea, bañado con la cálida luz del sol.

    Poco a poco, cautelosamente, comenzaron a moverse, explorando cuidadosamente esta tierra desconocida que hace tiempo perteneció a su mundo. Era una tierra oscura y aprensiva, llena de susurros y fugaces sombras. Ahí descubrieron a los Asmodians, hombres y mujeres que antaño fueron nuestros hermanos, pero se habían convertido en deformadas y torcidas criaturas. Y lo que era aun peor, esas pesadillas eran dirigidas por uno de los asesinos de los Señores Empíreos, un ser cruel llamado Zikel.

    Estaba oscuro; nuestros Daevas no podían ver bien, y pronto fueron capturados por Zikel y sus monstruos. Este ser, al que hace tiempo veneramos junto con el gran Aiel, tiró a Deltras al suelo, demandándole que maldijera a los Señores Seraphin y reconociera su debilidad. Deltras, valiente y noble como siempre, mantuvo el honor de los Elyos. Se negó a maldecir a los Señores Seraphim, en lugar de esto maldijo al arrogante Zikel en su propia cara.

    Los Asmodians atacaron, y quienes estábamos esperando al otro lado del portal vimos volver solo a dos de los nuestros, ensangrentados y heridos.

    Capítulo 8: Un Nuevo enemigo, un Viejo enemigo

    Estábamos sorprendidos. Sorprendidos de que alguien hubiera podido sobrevivir en esa desolación, en esas tierras congeladas de encima nuestra, sorprendidos en lo que se habían convertido los Asmodians. Rápidamente movilizamos a nuestras Legiones, y nos preparamos para la guerra.

    Aion volvió a poner a prueba nuestra determinación, un tercer portal fue abierto y estabilizado, de él salió un horror que jamás esperábamos volver a ver - los Balaur. Rápidamente consolidaron sus fuerzas, convocando a los Krall ya los Mau a su lado, también forzaron a razas más débiles a su sumisión. Su ira era mayor que nunca, y nosotros somos los más odiados por los Balaur.

    Debemos soportarlo. Nosotros los Elyos somos la luz del amanecer, la promesa de un mañana mejor. Somos la vida, la alegría de la vida, somos el puño que derrotará a todos aquellos que intenten apagar nuestra luz.

    Aun así, todos nosotros, desde el peor hasta el mejor, hemos sufrido alguna duda. ¿Hemos sido bendecidos con el favor de Aion? ¿Son nuestros líderes honestos y sabios? ¿Podrá nuestra gran misión de llevar a todas las tierras la civilización bajo el gobierno de los Elyos, tener éxito? ¿Somos mejores que aquellos monstruos a los que nos oponemos? Y la más profunda, la más traicionera de todas las dudas: ¿Tenemos el derecho de hacerlo?

    Estos dolores del alma no pueden ser curados con reflexión y debate. Requieren una apelación al espíritu. Una leyenda muy antigua -- posiblemente datada durante la época del cataclismo -- habla de un joven Elyos que estaba azotado por las dudas, rezó a la Señora Ariel para que le orientara. Tuvo una visión de una amable gloria, ella levantó sus manos por encima de los hombros y dijo las siguientes palabras:

    "Fe y armas"

    Los jóvenes Elyos que lean mis palabras que las tengan muy en cuenta. No discutan, no se preocupen: tomar las armas en nombre de los Señores Seraphim, ¡adelante! Cuando marchamos todos juntos, nuestras Legiones brillan como el acero, y el amor de nuestra señora llena nuestros corazones, entonces todas nuestras dudas desaparecen con el rocío de la mañana.

    La fe por si sola es admirable, cierto, pero los Elyos rechazamos ser mártires. Las artes Marciales también pueden ir solas, pero sin el conocimiento de grandes poderes, se degrada a la mera brutalidad de los Asmodians, y las lanzas se agitan en perversos juegos de los señores de la guerra. Pero fe y armas juntas, unidas en las sagradas plegarias que realizamos en Elysea, tiene el poder de preservar nuestra noble misión y el sello de la promesa de un futuro mejor para todos.

    Se lo debemos en gran medida a los que han ido. Nuestro mundo, esta tierra en la que vivimos, nos fue otorgada por Siel e Israphel a cambio de sus vidas. Creímos que esta nueva vida era un sustento para nosotros, nos dio la oportunidad de saborear y disfrutar la victoria sobre los Asmodian a quienes una vez los tratábamos como hermanos. Sin embargo, todo cambió, cuando supimos, totalmente por accidente, de algo terrorífico...

    Atreia se esta muriendo. Nuestro mundo fluye Aether continuamente a través del Abismo, y a no ser que este flujo sea controlado, se deriva, entonces esta fuente de vida se agotará. Nuestro mundo, solo se mantiene unido por el acto final de sacrificio de Siel e Israphel, simplemente se deshacerá, y las mitades vacías que una vez formaron este grande planeta se irán a la deriva por el espacio para siempre. Toda vida será extinguida en un abrir y cerrar de ojos, y todo lo que hemos logrado, todo lo que hemos trabajado, se perderá.

    Pánico, nuestros sacerdotes y nuestros sabios comenzaron a investigar posibles soluciones. Fue entonces cuando encontramos una solución.

    El abismo es un eco de la gran Torre de la Eternidad que hace tiempo estuvo en el centro de nuestro mundo. Solamente existe gracias enormes fuerzas arcanas que aun resuenan entre los dos portales de las Torres... un muro de fuerza sobrenatural, es como la fuerza titánica que se forma entre dos polos magnéticos. Si destruimos la Torre de Oscuridad de los Asmodian, se colapsará el muro, cerrando el Abismo para siempre. No solamente libraríamos a este mundo de su oscura y triste cicatriz, si no que salvaremos nuestro mundo de la destrucción, y entregaremos a nuestra gente el paraíso eterno que nos concedió Aion!

    Esta es nuestra prueba final, nuestro ultimo obstáculo antes de que podamos tener nuestra recompensa. Debemos destruir a los Asmodians y a su patético mundo: debemos salvar Atreia.

    Introducción al libro de los Asmodian

    No fue siempre así. Hubo un tiempo donde las dos partes de este mundo eran una sola, estábamos tan unidos como si fuéramos hermanos. Éramos iguales, teníamos los mismos ideales y compartíamos los mismos propósitos, proteger la Torre de la Eternidad. Cuando nos fallaron, lo destruyeron todo. Nuestro mundo y nuestra gente fueron desgarrados.

    En la mitad de abajo de este mundo, encontrarás un somero, pero su existencia ha sido encantada con el pecado, la avaricia y la gula, un orgullo fuera de lugar y una arrogancia aplastante. Ahí encontrarás a los Elyos, una raza de criaturas despreciables que dedican su existencia a diezmar todo lo que es bueno en este mundo. No se dejen engañar por su apariencia de santos, bajo su piel pálida solo existe oscuridad.

    Nosotros vivimos en la parte superior de este mundo, los Asmodians, lo llamamos casa. Después del épico cataclismo fuimos empujados a la oscuridad, a lo desconocido, y no tuvimos otra opción que adaptarnos y sobrevivir. Cada día nuestro mundo nos enseña algo nuevo, nos abrió los ojos a nuevas posibilidades y nos otorgó una fuerza inquebrantable para poder reconstruir nuestra vida una vez más. Gracias a nuestra experiencia hemos podido llegar tan lejos, no todos los días te dan la oportunidad de volver a empezar, para corregir tus errores.

    Un momento, me estoy adelantando. Primero una introducción, mi nombre es Kineas y soy un Daeva, un ser creado para la lucha contra los Balaur. Yo, junto con mi pueblo, hemos realizado todo lo necesario para asegurar nuestro lugar en Atreia, y estamos dispuestos a hacer cualquier cosa por defender lo que nos corresponde por derecho .Si los Elyos quieren guerra, tendrán guerra. Los tiempos de paz hace tiempo que desaparecieron, ahora es tiempo de venganza.

    Después de todo lo que ha sucedido en nuestro mundo, Creo que es mi deber relatar los acontecimientos que nos han traído hasta nuestros días. He escrito este diario para contar lo sucedido durante los años que nos han llevado a la situación actual, tal vez comprenderás cual fue la causa de que nuestro mundo cambiara tanto.

    Adelante lee, ¡Y aprende que significa ser un Asmodian!

    Capítulo 1: Unidad

    Primero voy a hablar de la era que existió antes de que yo naciera. Nuestras historias relatan cuentos de verdes tierras con abundantes praderas, un mundo donde podíamos crecer felices con nuestras familias. Así era la era antes de que los Elyos y los Asmodians existieran, cuando simplemente éramos conocidos como humanos. Atreia era solo uno. Toda una. Como estábamos todos juntos, no había división, no entre nuestros mundos, no entre nuestros pueblos.

    Los años pasaron. No puedo dejar de sentir enfado, no valoraron el paraíso que les habían otorgado, incluso tenían la idea de que este mundo iba a seguir siempre así. Sin embargo, una vez que sabes lo que ha ocurrido las cosas empiezan a tener sentido, puede que mirando atrás nos demos cuenta de los tesoros que teníamos. Puede que incluso esta tierra baldía que ahora llamamos casa sea un paraíso comparado con otras tierras aunque encuentro difícil imaginar un lugar más desolado que este.

    Las cosas cambiarían. Pocos imaginábamos el horror que Aion había guardado para nosotros, nuestro mundo estaba a punto de ver una gran y persistente pesadilla y una incontable sed de guerra.

    Capítulo 2: Una malvada creación

    O voy a relatar una pesadilla, al principio fueron llamados draken, eran criaturas terroríficas. Enormes y pesadas, nuestras improvisadas armas eran inútiles frente a su fuerte piel. Peor aún, podían expandir sus alas y volar por el cielo, haciendo inútiles nuestras escasas defensas en un momento. Aprendimos pronto a escondernos de los draken, y sin un depredador natural, su número y su confianza crecieron en igual medida. Hace tiempo, sus siluetas, creadas por Aion para poner orden en el mundo, eran una vista común en el cielo.

    Su deseo de poder era insaciable; especies enteras murieron y marchitaron bajo la furia de los draken. Ellos trajeron el infierno en su paso, dejaban carbonizadas y arruinadas todas las tierras. Pronto, después de la matanza inicial estas bestias empezaron a tener algo de inteligencia. Después de darse cuenta de la tendencia guerrera de los Krall y los Mau, los draken decidieron no destruirlos, si no subyugarlos a sus filas, pero solo después de haberles jurado lealtad eterna. Fue en ese tiempo cuando los draken experimentaron una evolución, algunos de ellos se hicieron más fuertes y más inteligentes que el resto. Estas criaturas fueron llamadas Dragones, no draken, y de ellos, cinco tomaron el mando de los demás. Estos cinco se conocían como Señores Dragones.

    Los cinco Señores Dragones, rápidamente reorganizaron sus fuerzas, estableciendo su sociedad como si fueran rangos militares. Ellos decidieron cambiar el nombre a su pueblo como "Los Balaur". Con su nuevo título, las bestias atacaron de nuevo con un vigor renovado, diezmando a los pocos grupos que se atrevían a oponer resistencia.

    Ni con eso seguían satisfechos, y buscando nuevos oponentes, pusieron su atención el dios de Atreia, Aion, y le demandaron que les otorgara los mismos poderes que nuestro creador. Cuando Aion rechazó, los Balaur, llenos de rabia e impulsados por la codicia, se volvieron contra nuestro dios, y reunieron sus fuerzas para realizar un gran ataque a la Torre de la Eternidad.

    Capítulo 3: Ascensión

    Aion se vio obligado, en represalia creó 12 criaturas llamadas Señores Empíreos. Estas criaturas poseían una belleza y una fuerza que jamás se había visto antes, y como los Balaur, podían volar gracias a una extraña y curiosa sustancia llamada Aether. Nuestra fe e dios, y nuestra devoción por Atreia fueron reconocidas: estas criaturas fueron creadas a imagen nuestra, y vinieron para salvar el mundo en el cual muchos de nosotros habíamos aprendido a llamarlo casa.

    Inevitablemente empezó la batalla, pronto se convirtió en una larga y sangrienta guerra. Encontramos protección a los alrededores de la torre, dentro del escudo Aetheric que nuestros Señores Empíreos crearon para nosotros. El escudo era pequeño, y el resto de tierras de fuera del escudo quedó bajo el control de los Balaur. Los Señores Empíreos se debilitaron tanto como se debilitaron los Balaur, cuando los Balaur se dieron cuenta de esto, pusieron a criaturas inocentes justo fuera de sus fronteras e hicieron una carnicería con ellos para así llamar la atención de nuestros Señores y sacarles fuera. Fueron crueles, sus acciones lo único que consiguieron fue aumentar nuestro odio hacia ellos.

    Ese tiempo, es el que nosotros más adelante le pusimos de nombre La Guerra Milenaria. Un tiempo en el que los seres humanos podían prosperar una vez más bajo la protección de las alas de los Señores Empíreos. Durante ese tiempo nací yo, con el tiempo crecí hasta ser un hombre joven, encontré el Aether que Aion había concedido a este mundo e hizo un drástico cambio en mí. El Aether me respondió, y yo a él, pronto mis talentos fueron conocidos por otros a quienes la gente veía en raras ocasiones. Estos otros, estos Daeva, fueron humanos en su nacimiento, pero poseían una habilidad innata para manipular el Aether que era utilizada por los Señores Empíreos. Lentamente pero seguro aprendí a dominar estas habilidades, mientras que al principio solo podía enfriar el aire de mi alrededor, pasaron los meses y podía congelar a mis oponentes, y convocar bolas de fuego para destruir a los Balaur. Me veneraban, casi como a un dios, aquellos que una vez me tuvieron de su pecho ahora me ponen en un poderoso pedestal.

    Lo que yo siento, el hijo de un simple granjero, el poder causar sufrimiento a esos Balaur era intoxicante, esto era una bendición de Aion que nunca desearía devolver.

    Pronto el número de Daevas fue suficiente para que nuestros Señores Empíreos nos movilizaran dentro de las fuerzas de batalla. Me uní a la legión, progresé rápido y ascendí en rangos, dejando atrás mi infancia, una infancia de un chico llamado Phalaris.

    Capítulo 4: Cobardía

    Ascendí rápidamente de rangos. Mis habilidades como mago eran superiores que la mayoría del resto de los Daeva y pasado un año ya estaba al mando de una legión entera. La lucha era fiera, y mientras que frecuentemente estábamos en peligro ante los Balaur, nuestros Señores Empíreos siempre tenían cuidado de protegernos. Nuestras tácticas y estrategia mejoraron, cada vez podíamos empezar a matarlos de más jóvenes, más dragones tontos, cuando antes nos veíamos forzados a retirarnos dentro de nuestro escudo Aetheric. Eran pequeños pasos, pero como todo padre sabe, un niño debe aprender primero a andar antes de aprender a correr.

    Así, llegó el día en el que supimos cosas asombrosas.

    El Señor Israphel, uno de los dos Guardianes de la Torre de la Eternidad (Señor Israphel, quien odiaba como nadie a los Dragones) declaró que deberíamos hacer la paz con ellos. El propósito de la guerra, no era aniquilar a los Balaur, si no proteger Aion.

    Me quedé sorprendido; sorprendido de que uno de nuestros salvadores perdiera su resolución tan fácilmente, sorprendido de que su coraje y su feroz determinación desapareciera tan... tan repentinamente. Al principio hubo una gran consternación entre los Señores Empíreos. En ese momento, la paz era impensable... una parodia. Todos pensábamos lo mismo. La propuesta de Israphel era absurda.

    Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de que los Señores más débiles mostraran que realmente nunca habían tenido estómago para la lucha. La Señora Ariel fue la primera en capitular, y con honestas palabras habló de la sabiduría de Israphel, de su antigüedad, de su valentía -- ¡valentía! -- en atreverse a proponer la paz. Tuvo la audacia de decirnos como deberían pensar y actuar los Daeva.

    Rápidamente ella y sus seguidores se habían olvidado de los sacrificios que habíamos sufrido en miles de años. ¿Qué valor tan miserable otorgaban a la sangre derramada de muchos de nuestros familiares?

    Pero los otros Señores aun tenían espíritu de acero. Como soy un Daeva pude hablar con algunos de los Señores, y con el que mejor trabajé fue con el gran y digno Señor Asphel. Su decisión siempre fue fuerte, y era en sus misiones donde siempre teníamos el mayor éxito. Su forma y su capacidad fueron un ejemplo para muchos de nosotros; así que cuando el insípido escrito de Ariel empezó a influir en algunos de los Señores y ví la mueca de la cara de Asphel, supe sobre quién ponía mi lealtad. Estuvimos hablando con él. Reprendió a Ariel por su desdén en la honra de nuestros muertos y criticó la ingenua y equivocada iniciativa de paz como una pérdida de tiempo.

    La sala estalló con furia. Todavía suena en mis oídos... el rugido, la confusión, las palabras de la acusación y el odio, cada una de las partes se puso una en contra de la otra. Más allá, vi a Israphel hablando apasionadamente con Siel, que escuchaba gravemente. Israphel insistía en que podríamos defender Aion trabajando en pro de la paz, en lugar de a través de la guerra. Para mi horror, Siel asentía.

    Para preservar la concordia, todos nos pusimos de acuerdo en abandonar la gran sala y dejar a los doce Señores Empíreos que discutieran solos. Fui con mis compañeros de armas que estaban del lado de Lord Asphel para ser un grupo unido; pero otros se escaquearon en la noche, en compañía de sus cobardes seguidores. Al final, estábamos en campamentos separados, dependiendo de si se había elegido el bando de los dignos ó de los débiles.

    Esperamos pacientemente los resultados de esa noche. Lo recuerdo bien; recuerdo mirar a través de nuestro mundo, observando los penachos de fuego desde la distancia y sabiendo que la paz con los Balaur era imposible. Miré hacia el pasado y recordé las décadas de lucha sin cesar, recordé esos ojos oscuros sin alma, que sin parpadear e implacablemente masacraron a mi familia y a mis amigos, sin una razón mejor que el simple deseo de dominación que tienen esas bestias.

    Sabía que Siel rechazaría la propuesta de Israphel. Sabía que Asphel argumentaría su caso, nuestro caso, y los otros casos, quizás la Señora Ariel vería el sentido por si misma y estaría de acuerdo. Sabía esto; y aun cuando salieron los Señores Empíreos, la decisión que se había tomado hizo que mis nervios saltaran, a mi legión y a mi nos dejaron tambaleando. Lady Siel sucumbió. A pesar de todas nuestras protestas, ella e Israphel, como guardianes de la Torre, poseían la autoridad final sobre los doce. La decisión era definitiva. Se había llegado a un acuerdo con los Balaur. La voz de Aiel estaba llena de júbilo y triunfo, incluso algunos entonaban una canción de paz.

    Asphel salió hecho una furia. Cuando se marchó, tome el vuelo detrás de él, y un significativo número de Daeva hizo lo mismo.

    Capítulo 5: La época del cataclismo

    Así que, pasados unos días, comenzó la conferencia de paz. Como muestra de respeto hacia los cinco Señores Dragones, redujeron el escudo Aetheric de alrededor de la Torre, y los invitaron dentro de esta colosal estructura para realizar las negociaciones.

    Fueron unos minutos eternos. Miré los ojos de mis legionarios, y ví la desconfianza y el odio de que nuestras convicciones fueran tan débiles como para haber cedido ante estas bestias, nos hemos puesto de rodillas ante ellos para que traten con nosotros. Me volví hacia mi centurión de más confianza, y me dirigí a hablar con él, cuando, tan rápido como un chasquido, todo cambió. Hubo gritos, confusión, una derrota. Uno de los Balaur calló, y Lord Asphel estaba listo para luchar, sus ojos brillaban.

    Los Balaur atacaron. Siel e Israphel gritaron una vez para subir el escudo Aetheric pero en la segunda vez, nos fallaron. Perdidos en el tumulto no pudieron actuar correctamente para defender la Torre. Bajo las rabiosas garras y las armas de los Balaur, La Torre comenzó a astillarse y a fragmentarse.

    Recuerdo el rostro torturado de Israphel, azotado por la culpabilidad, se dirigió con Lord Asphel y con todos sus Daeva a la región Norte, mientras tanto Siel marchó con Ariel y los suyos al Sur. Aun quedaba esperanza. Trabajando en dos grupos, uno en cada extreme de la Torre, los Señores Empíreos harían todo lo posible para impedir la destrucción de la Torre.

    Lo hicimos rápido. Esos en el Sur, ahora lo sabemos, no lo hicieron.

    En un instante a la vez que la torre de la Eternidad se derrumbaba el mundo se oscurecía. La gente salió corriendo y gritando en todas direcciones.

    Recuerdo ese momento como si fuera ayer; recuerdo mirando hacia arriba y viendo como caían pedazos de la Torre, iluminado solo por la luz de la gran estructura. Recuerdo estar allí de pie, inmóvil mientras un gran fragmento de la Torre caía sobre mí. Recuerdo muy bien ese día... fue el día que encontré otro regalo por ser un Daeva: inmortalidad.

    Me desperté, vi a través de nuestro gran mundo, Atreia estaba dividida en dos partes. La mitad inferior se había envuelto con una luz intense y brillante, mientras que la nuestra se había sumido en el frío, en la oscuridad desolada.

    La conferencia de paz había terminado.

    Capítulo 6: Secuelas

    Lentamente nuestros ojos se iban adaptando a la luz, y poco a poco nos íbamos encontrando los unos a los otros. Nuestra gente estaba angustiada, aterrorizada: nadie sabía como había sobrevivido. Calmé a la gente diciéndoles que encontraría la forma de hacer un campamento y calentarnos; después me dirigí hacia el tocón que fue la base de nuestra torre.

    Fue allí donde encontré una bendición: los cinco Señores Empíreos que fueron enviados para mantener intacto Aion estaban vivos. Nos juntaron a todos, y nos dijeron que nuestro mundo había cambiado para siempre, y nos explicaron el por qué. Había ocurrido lo peor en el intento de paz, habían muerto millones, y Siel e Israphel, los dos guardianes de la Torre, habían sacrificado sus vidas para que nosotros pudiéramos vivir en su lugar. En vida cometieron una gran locura, pero sus muertes no fueron sin honor, y en silencio estuvimos recordándoles.

    Poco después regresé al campamento y ayudé a construir un enorme fuego para atraer al resto de supervivientes. Durante los días siguientes, miles vinieron con nosotros, maltratados, amoratados, y angustiados por los acontecimientos que habían transcurrido. Yo tuve la suerte de encontrar a mi hijo Phalaris entre los supervivientes, fui el único de mi asentamiento que había sobrevivido.

    Pasaron días, semanas. Se puso de manifiesto que nuestro mundo, nuestro mundo roto, se había estabilizado, nuestro destino estaba nuevamente en nuestras manos. Aion, al parecer, se había marchado, él era quien proporcionaba el Aether que era la fuente de mi poder. Por primera vez en mucho tiempo, me volví a sentir vulnerable. No quería que me dominara el miedo, así que hablé con Asphel, para trazar los planes de reconstrucción de nuestro nuevo mundo.

    Han pasado setecientos cincuenta años, durante este tiempo he visto como sucedían grandes cambios. Pronto nos quedamos sin leña, nuestros ojos se adaptaron a la oscuridad que nos invadía. Nuestro pueblo fue construido, y bautizado como Pandaemonium, pronto se expandió en una gran ciudad. Ví florecer a nuestro pueblo, adaptarse, evolucionar contra todo pronóstico, siempre bajo la dirección de nuestros Señores Shedim.

    Nuestra evolución también fue física; nuestra piel pálida creció sumida en esta oscuridad, y en el duro suelo lleno de escombros que parecen cuchillas de afeitar ha convertido nuestros pies en garras. Nuestras manos también fueron agraciadas con garras, es como si dijéramos que ninguno de nuestra raza ira desarmado jamás. Estas marcas fueron lo mas difícil de aceptar, pero si fueron necesarias para nuestra supervivencia, y así lo fueron, entonces no hay otro remedio que llevar esta carga. Para nosotros son el precio a pagar por el intento de paz de Israphel, el cual Ariel fue tan tonta de apoyarlo.

    Durante ese tiempo ví como Phalaris crecía y moría junto con sus hijos, y junto con los hijos de sus hijos. Así es la vida de un Daeva.

    Capítulo 7: Retribución

    Un día ocurrió una cosa curiosa. Los fragmentos de la gran Torre hundidos en la tierra empezaron a emanar una suave luz, entonces de repente se elevaron hacia el cielo. Asphel ordenó a Archon, el más fuerte de nuestros Daeva, y a su unidad de la cual formo parte, que investigara.

    Salimos de inmediato, encontramos un portal que nos teleportaba a otro mundo, a un lugar que estaba entre Asmodae y la parte Sur de Atreia, los pilares de piedra flotaban en el aire. En este mundo el Aether que necesito en mis habilidades flotaba en abundancia, tuve una gran sensación de alivio cuando descubrí que mis habilidades de volar seguían intactas. Volví a Pandaemonium y relate todo lo visto a nuestros Señores Shedim. Asphel inmediatamente ordenó a Archon que protegiera ese portal, cuando pregunté por qué, no me contestaron, simplemente miraron al cielo, hacia la parte inferior de Atreia.

    Dos días después, mientras estábamos planeando una segunda expedición a través del portal, los guardias estacionados en Morheim no se comunicaron con nosotros. Zikel, uno de los Señores Shedim y nuestro dios de la destrucción, tomó el relevo de Archon, incluyéndome a mí, para ir a investigar.

    No habíamos viajado muy lejos cuando de pronto encontramos a un grupo de personas, afirmaban que eran de la parte Sur de Atreia, en pie, con sus armas desenfundadas. Parecían ángeles, y aunque hablaron poco, nos juzgaron de inmediato. Imagina -- Ser juzgados por un crimen que ellos, no nosotros, habían cometido. No fuimos nosotros los cretinos de corazón blando, que dieron la bienvenida a los Señores Dragón dentro de nuestra torre en plena guerra -- ¡Fueron ellos!

    La ira de Zikel era más que evidente, arrojó a estos "Elyos" al suelo, demandando que maldijeran a Nezakan, uno de los señores Empíreos que fue tan débil como para pedir la paz a los Balaur. Zikel escupió, había demostrado que parte tenía la culpa. ¿Reconocerán estos Elyos los errores de sus señores y los condenarán por sus estupideces?

    Su líder, un hombre llamado Deltras, lo rechazó todo. Ahora sabemos que el orgullo es la mancha de todos los Elyos, se negó a culpar a sus Señores, en su lugar maldijo a Zikel. Las espadas fueron desenfundadas, cargamos contra ellos, abatiéndolos como cobardes. No obstante, algunos de ellos lograron escapar; la mayoría hacia nuestra ciudad donde llenos de ira mataron a nuestras mujeres y niños antes de que pudiéramos terminar con ellos. Dos volvieron a su tierra, ensangrentados pero no vencidos.

    Capítulo 8: Un viejo enemigo, un nuevo enemigo

    Ese día volvimos a Pandaemonium, y de inmediato decidimos unir nuestras fuerzas para la guerra en contra de los Elyos. Los días siguientes los combatimos, y estalló una Guerra a gran escala entre nuestros pueblos. Al poco tiempo, se nos presentó una nueva prueba, los Balaur, exiliados por largo tiempo en el interior del Abismo, encontraron una manera de escapar de su prisión. Su sed de sangre era la misma de antaño, y con sus antiguos aliados de nuevo a su lado no podemos subestimar su poder.

    Los Elyos, se intentaron presentar como brillantes criaturas y con una cursi moral de superioridad, solo han tenido éxito en retraerse a sí mismos fuera de las profundas raíces de la historia, la cual nos da la fuerza a los Asmodians. Ellos desean olvidar el pasado, para despreciar la sangre que nuestros ancestros comunes vertieron en su nombre, como si fuera una mancha humillante.

    Pero nosotros los Asmodians no deshonramos nuestro pasado. Cuando nos encontramos el uno al otro la primera vez en esa noche oscura, ensangrentados pero vivos en la orilla del Asmodae, buscamos un lema con el cual pudiéramos reconocernos a nosotros mismos... aun no habíamos evolucionado en nuestras nuevas formas, muchos estábamos alrededor de la luz del fuego.

    'Sangre por sangre', vino como un susurro de la oscuridad, y a día de hoy aun no sabemos quién lo dijo... algunos dicen que fue Asphel, otros que Zikel, y otro claman que fue el mismo Aion, bendiciéndonos con su aliento de muerte. Pero cuando al día siguiente amaneció, pálido y sombrío, esas palabras estaban en boca de todos, y a nadie le importaba de donde habían venido.

    La sangre debe ser derramada para vengar a aquellos que derramaron su sangre por nosotros. Y aquellos de nosotros que tenemos la misma sangre -- los leales, los justos que hemos permanecido juntos a lo largo del tiempo, largas noches las de entonces -- nos mantenemos y nos ayudamos los unos a los otros. El susurro se ha hecho eco durante siglos, pasando de madres a hijos, de padres a hijas, de capitanes a soldados, de familiares a familiares. Al igual que nuestra sangre, nos calienta y nos llama para la lucha.

    Ahora hemos descubierto algo que ha dado a nuestra misión un sentido de urgencia. Con el paso del aire, nuestro planeta fluye Aether fuera de nuestra atmósfera. Hemos buscado durante meses la fuente del Aether, la buscamos por todo el Abismo, y por Asmodae, cuando la respuesta estaba justo en frente de nosotros.

    Son las dos Torres. Una ponderosa resonancia aun existe entre las dos Torres, una vibración invisible entre las dos mitades de nuestro planeta. Es como si en memoria de la perdida Torre de la Eternidad, se llaman la una a la otra a través del vacío, y su comunicación ha creado el abismo.

    El Abismo absorbe Aether, drenándolo como si fuera agua vertiéndose en el océano.

    El Aether cada vez se propaga más delgado y mas fino con cada día que pasa, pronto afectará a nuestros Daevas, y a nuestro planeta. Atreia solamente sigue unida gracias al vínculo que Siel e Israphel crearon cuando sacrificaron sus cuerpos etéreos de Aether, un proceso que acabó con sus propias vidas. Pronto el Abismo debilitará estos lazos, y si se rompieran, nuestra atmósfera se derrumbaría, y todo el mundo en este planeta perecería.

    Aun queda una táctica viable. La resonancia no puede continuar si solo sobrevive una de las Torres. Nuestro camino a seguir es claro: debemos destruir la Torre de la luz. Solo entonces podremos poner fin al derramamiento de sangre y salvaguardar las vidas de los Asmodian de la arrogancia y la tiranía de los Elyos.

    No duraremos en esta ocasión. No habrá descanso para nuestras espadas, solo una brutal e irresistible ola de destrucción que finalmente echará de nuestra casa a esos tontos y arrogantes que infectan nuestras tierras.

    Una vez más nuestro destino esta en nuestras propias manos. Sangre por sangre, nuestro lema, y con los duros Asmodians a mi lado, no pararemos, no desfalleceremos. Esta vez, no fallaremos.

    **][ CLASES ][[/b]

    Temible y corpulento, el camino de un Warrior discurre mas a través de la fuerza bruta y de su gran resistencia.

    Los Gladiators son los verdaderos maestros del cuerpo a cuerpo en Atreia; despiadados y atroces, constantemente se entrenan en perfeccionar los diferentes estilos de lucha en los que su clase destaca. Al igual que de la clase Warrior de donde emergen, el poder de un Gladiator proviene puramente de su fuerza bruta.

    El Templar es un alma valiente que debe permanecer en primera línea de batalla, usando su escudo para bloquear y rechazar los ataques mientras espera a que el enemigo muestre una debilidad para contraatacar. Los Templars no son simplemente un pesado escudo y una puntiaguda espada. A diferencia de sus primos los Gladiators, el Templar usa encantamientos para proteger y curar a sus aliados, haciendo de ellos una versátil y sólida clase.

    Los Scouts dependen de su velocidad, camuflaje y agilidad. Visten armadura ligera, lo que los hace vulnerables... cuando consigues golpearlos.

    los Rangers son expertos arqueros, y pueden colocar trampas anticipándose a los enemigos que se le acerquen. También están bien entrenados en el uso de dagas, así que son capaces de entablar combate dependiendo de la proximidad del enemigo.

    Los Assassins son una clase misteriosa, capaces de golpear a objetivos vulnerables de manera silenciosa y con devastadoras consecuencias, pueden reducir eficazmente a un grupo con una sola acción. Expertos en el uso de 2 dagas o 2 espadas o combinadas. Los Assassins son bastante débiles, y cuando son descubiertos con antelación, raramente sobreviven a las inevitables consecuencias.

    Los Mages son increíblemente poderosos y vulnerables a la vez; capaces de repartir aterradores e impresionantes niveles de daño. Pueden mandar sobre los elementos, invocando furiosas bolas de fuego y cadenas del más frío hielo para causar estragos sobre las filas de sus enemigos. También pueden incluso hablar a nuestro destrozado planeta, provocando que las raíces fijen a los enemigos en el sitio donde se encuentran. Los Mages son extremadamente débiles, y deben aprender a evadir y retirase cuando les sea posible.

    Los Sorcerers invocan incendios atroces y pueden responder con ventiscas heladas y cegadoras tormentas de nieve. Tal es el poder que poseen, que sus talentos pueden cambiar completamente una batalla.

    Sin embargo un Sorcerer no tiene mucha capacidad de recuperación, y es una de las clases más indefensas de Atreia. Con el fin de asegurar que se mantienen con vida, a menudo es necesario asignarle otras clases para protegerlos, un coste que la mayoría son capaces de aceptar, debido al extremo poder que tienen a cambio.

    Los Spiritmasters son una clase única, la mayor parte de su poder reside en las habilidades de los elementales que ellos han aprendido a invocar. El camino del Spiritmaster es uno de los caminos más duros de realizar. Mientras empiezan con habilidades limitadas, su potencial es grandísimo y solamente se muestra cuando los spiritmaster van adquiriendo experiencia, hasta conceder finalmente el poder tener bajo su mando hasta cuatro elementales.

    El Priest podría decirse que es la espina dorsal de cualquier grupo que quiera tener posibilidades de éxito. Su habilidad para mantener al grupo preparado para la batalla incluso en las circunstancias mas adversas no debe ser subestimada, y es absolutamente fundamental para asegurar la supervivencia de los grupos contra los diferentes retos de Atreia.

    Al Cleric le será concedida la habilidad de curar incluso las heridas mas graves y proteger a los amigos enfermos de los crueles enemigos. Las leyendas dicen que son incluso capaces de resucitar a los humanos. El Cleric también aprende cierto nivel de autodefensa y puede resistir cuando esta equipado con una maza y un escudo. También tienen acceso a una gama de hechizos de fortificación y que debilitan, como a un cierto número de poderosos hechizos que pueden infligir un considerable daño a enemigos desprevenidos.

    Todo se trata de versatilidad. Con una mano, el Chanter golpeará con su bastón a su enemigo, con la otra invocara un escudo para proteger a un compañero caído, mientras que durante todo el tiempo gritará palabras de ánimo para el resto de sus hombres. El Chanter es deber y fe en uno, disciplinando su cuerpo y su alma severamente. Mientras que sus habilidades pueden verse en otras clases mas especializadas, todavía el Chanter posee habilidades únicas que cualquier grupo de aventureros agradecerá.

    **][ DESCARGA ][[/b]

    Requisitos Mínimos:

    SO: Windows XP SP2

    Procesador: 2.8GHz

    RAM: 1 GB

    Tarjeta gráfica: NVIDIA 5900 Ultra con 128MB RAM / ATI Radeon x700 con 128MB RAM o superior

    Espacio disco duro: 15 GB

    Otros: DirectX 9.0c e Internet

    Requisitos Recomendados:

    SO: Windows XP SP2 / Vista / Windows 7

    Procesador: Dual Core 2.0GHz

    RAM: 2 GB

    Tarjeta gráfica: NVIDIA 6800 con 256MB RAM / ATI Radeon x800 con 256MB o superior

    Espacio disco duro: 15 GB

    Otros: DirectX 9.0c e Internet

    **][ SERVERS ][[/b]

    OFICIAL - Norte America

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