Una vez me aseguré que mi oponente no tenía pulso volví con mis compañeros. Mientras volvía divisé tres figuras de más, que salían de una cueva. Supuse que eran nuestros otros tres compañeros a los que todavía no conocía. Al llegar escuché a Callum.
-Hola, yo soy Aedán, un troll, también paladín. Me alegro de conocer a mis nuevos compañeros de viaje.
En ese momento me fijé en los soldados que estaban allí atados.
-Si como dice Callum hay peligro por aquí lo mejor será irnos, pero no creo que merezca la pena llevarnos a los soldados, no creo que nos digan nada útil así que propongo acabar ya con su sufrimiento -dije mientras sacaba mi garrote-.