- En medio de la guerra en Bosnia, unos soldados detienen a una muchacha con su hijo. La llevan al centro de un salón: le ordenan que se desnude. Cuatro chetniks la violaron. Ella miraba en silencio a su hijo, que lloraba. Cuando terminó la violación, la joven preguntó si podía amamantar al bebé. Entonces, un chetnik decapitó al niño con un cuchillo y dió la cabeza ensangrentada a la madre.
Resulta incomprensible que ante tanta maldad, ante tanto comportamiento indigno e indignante, afirmemos que todos los seres humanos están dotados de dignidad, es decir, de un valor intrínseco, independiente de sus actos, de su barbarie.
LA LUCHA POR LA DIGNIDAD, José Antonio Marina
María de la Válgoma