omos personas capacitadas para luxar, y de echo queremos luchar... pero no tenemos a ningún rival que nos quiera, retar, tenemos armas, gente, honor y valor. Nuestros hombres quieren sangre, y no quieren una guerra entre ellos por que quieren luchar unidos, para ganar sin heridos, de nuestro clan.
Queremos que el mundo sea nuestro, y que los dioses nos tengan miedo, somos personas, las cuales el único motivos que le vemos a la vida es la lucha, queremos terminar, este dolor que sentimos por dentro de no poder luchar, queremos, matar a cualquiera por el simple echo de sentirnos bien, vamos a terminar con esas ganas, que pronto se aran una realidad. Esto me lo enseño Elmest, nuestro rey, el se formo hace muchísimo tiempo, en la escuela de mi abuelo, mean explicado cosas sobre esa época, pero tampoco se mucho. Un día después de haber vivido lo que explicare a continuación me dijo tu me as conocido mas que nadie describe mi vida en unas paginas, haber si puedes...
Nuestro pueblo era, la mayor requisa del mundo, gobernaba todo, controlaba el mundo, y a la humanidad, por ellos las personas dejaron de adorar a los dioses... y empezaron a dorar a nuestro rey.
Que en poco tiempo con tantas plegarias se hizo dios, el ascendió a los cielos, mientras que los otros bajaban, con ello me cogió ami. Mientras ascendíamos los dioses que bajaban, tiraron todo tipo de criaturas a la humanidad para, vengarse de nuestro rey, se sentía mas ligero mas fuerte, y no se de donde lanzo una bola de energía que se cargo a dichas criaturas, y con ellos se llevo a los dioses, por delante, y se fugaron por al egandose de la tierra, yendo hacia otro planeta.
Nuestro rey, llamado Elmest, elimino a las plagas de ratas que abitaban en las ciudades, de nuestro imperio, quito todo lo malo, que abitaba a las ciudades, y poco a poco la gente era mas feliz, asta que un día, la gente lo tenia todo, para ser feliz , y se olvidaron de Elmest, y eso le iba debilitando, y se veía que estaba descendiendo hacia la tierra otra ves, pero el no quería bajar, el quería ser un dios,
y se vio obligado a enviar mensajeros, a recordar lo mucho que Elmest aviá echo por ellos, pero ya no savia ni si quiera quien era Elmest. Los mensajeros le informaron de ello.