siento el doblepost, pero estoy leyendo un artículo muy interesante de El País (link) donde aparecen pequeñas opiniones de diversos periodistas, bloggers, abogados y representantes de grupos culturales y webs. Algunas de las más interesantes:
@Pedro Pérez (presidente de FAPAE) said:
En este proceso he escuchado numerosas voces, y las más intransigentes no estaban dentro de la industria. Ahora queremos preparar el cambio de modelo en la industria. Fuimos torpes y lentos, pero ya estamos en marcha
Me pregunto qué es lo que le impedía a este señor "cambiar el modelo de la industria" antes... como si la ley hubiese cambiado algo en ese ámbito! al contrario, la ley es perfecta para continuar con el viejo modelo.
@Ignacio Escolar (escolar.net) said:
La solución no era hacer un atajo porque la justicia es lenta, existen mecanismos para hacer la justicia más rápida. Que haya más jueces en el proceso es bueno dentro de lo malo, pero no es la solución, la cosa no es que haya más jueces sino que solo haya jueces
@Fernando Berlín (Periodista) said:
Esta nueva enmienda se está intentando presentar como una propuesta de consenso entre la Red y la industria cultural, cuando eso no es cierto. Ni ha sido debatida, ni consensuada en Internet. Por lo que conocemos, además de hacerse a espaldas de los internautas, mantiene el espíritu inicial de la ley Sinde: una comisión pagada con el dinero de todos, que tiene atribuciones cuasijudiciales. Solo beneficia a los industriales de la cultura, no a los creadores. Además, de nuevo deja en una situación de inseguridad a cualquier página que publique un simple link a un diario. La única salida sería eliminar la ley Sinde y abrir un debate sosegado con los industriales de la cultura, el ministerio, los creadores y los internautas
@Agustín Fernández Mallo (escritor) said:
Está claro que tiene que haber una regulación, una ley, la que sea. No creo en la falacia del gratis total. En esta vida nada es gratis. Ahora bien, creo que los creadores (y yo soy también usuario) tenemos un problema que se intenta trasladar a la sociedad. El problema es que el mundo va de forma imparable por un lado que entra en conflicto con el mercado de la cultura tal y como está estructurado. Tratamos de mantener un modelo antiguo. Las reconversiones son dolorosas, pero también del mundo del carbón se pasó al del gas